[CLUB DE JÓVENES CRÍTICOS] Santiago

13/04/2019
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Pensar en una obra teatral de hora y media con solo tres actores, quienes interactúan entre sí, durante toda la puesta en escena es una empresa osada que desafía la lógica del aburrimiento. Más aun, cuando varios fragmentos de los diálogos son en una lengua (quechua) que probablemente la mayoría de los espectadores no domina.
Santiago GTN

 

Peter Elmore y la agrupación cultural, Yuyachkani, palabra quechua que significa “estoy pensando”, “estoy recordando”, son los creadores de la obra Santiago, dirigida por Miguel Rubio Zapata. El espectáculo provoca reflexión y sugiere preguntas inevitables: ¿Qué es el teatro? ¿Cuáles son sus límites?¿Quiere representar la realidad?¿Desea evocar la fantasía? El teatro, mediante Yuyachkani, es expresión: performance físico actoral; es emoción: clímax en las contiendas;  es sensibilidad: en diálogos memorables; es simpleza: pocos recursos empleados en escena; y a la vez es grandeza: excelente conjugación de estímulos multisensoriales.

Tres actores con una destreza incuestionable elevaron la calidad del espectáculo: Bernardina, la Madre (Ana Correa), Don Armando, el Mayordomo de la Fiesta (Augusto Casafranca) y Rufino, el Guardián del Templo (Amiel Cayo) buscan ponerle fin a la maldición que ha dejado la guerra a un pueblo en los Andes. Ni siquiera el término de la guerra ha traído paz, solo desolación, olvido y caos. Esperanzados en la religión, depositan su fe en hallar la llave de la efigie del apóstol Santiago, quien simboliza a un guerrero colonizador de fe, para que su procesión reparta bendiciones al pueblo.

La angustia y frustración por la desaparición de todos en un pueblo casi fantasmal es sostenida gracias a la evocación de la naturaleza mediante sonidos y luces impactantes de la naturaleza. La contemplativa iluminación natural con enormes velas, el imponente y gigantesco caballo, y el místico olor a sahumerio, adentran al espectador al ambiente y lo premia con diversos estímulos multisensoriales que enriquecen al teatro.

Mística, fe, fantasía, tragedia y aventura  no se presentan como sucesos alejados de la realidad, por el contrario, el tema que trata es altamente real y contemporáneo. El depósito del destino en un ser superior, la identificación del indefenso con el más fuerte ignorando al de su condición y la reflexión del origen de los santos que la tradición honra.

Una obra enriquecedora, que muta, trasciende en el tiempo y sin duda perdurará como lo ha hecho desde hace casi dos décadas que tiene desde su creación a inicios del nuevo milenio.    

Por: Aldair Guerra

aldair.guerra@unmsm.edu.pe

El Club de Jóvenes Críticos es un programa del enfoque de Educación del Área de Públicos que se trabaja en colaboración con el Media Lab UNMSM de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Trece estudiantes de pregrado de la escuela de Comunicación Social, participan del programa que les permite entrenarse en la crítica de artes escénicas, a partir de la investigación, observación de los procesos creativos y entrevistas con los artistas y/o elencos que se presentan en el Gran Teatro Nacional.

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