Alzira una ópera para el Perú

13/07/2018
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Una obra de Giuseppe Verdi, Alzira, es revivida por el Ministerio de Cultura y en ella el Perú es escenario de un trágico triángulo amoroso. El espectáculo prepara el terreno rumbo al Bicentenario.

Juana Gallegos

La ópera tiene un estigma elitista que la persigue como una mala estrella. No es un género populoso en el país como ya lo viene siendo el teatro. La mayoría piensa que la ópera sólo es para señoras bien peinadas con abrigos de piel y hombres de smoking elegante. Jean Pierre Gamarra piensa diferente: “La ópera no se debe convertir en un espectáculo frívolo, antes que el espectáculo primero está la palabra”.

Gamarra (33) es el director escénico de Alzira, la ópera que este año pone en escena el Ministerio de Cultura en el Gran Teatro Nacional, y que se estrenó el viernes pasado.Es la séptima de una serie de espectáculos que comenzó el 2012 y que poco a poco ha ido convocando a más gente.

Coca Cola en mano y gorro de ala ancha, Gamarra, formado en el instituto del Teatro Colón de Buenos Aires, piensa que la gran cantidad de dinero que se invierte en un espectáculo como el de la ópera no tendría sentido si no conflictúan a la audiencia, si no la hacen pensar. Eso pretende con Alzira.

De entrada, el primer acto comienza con las voces de los sobrevivientes de la guerra interna inundando el escenario, son los audios de los testimonios de la Comisión de la Verdad.

En un acto audaz, Gamarra ha introducido un suceso de nuestra historia reciente en la ópera que Giuseppe Verdi compusiera en 1845. Alzira se sublima entonces y se convierte en una historia atemporal y universal que puede ser revivida y retratada en diferentes espacios y tiempos. Todos podremos identificarnos con ella. Es una promesa.

LA ALZIRA DE HOY
En realidad, el guiño que Gamarra hace al Perú en esta adaptación no es gratuita. Esta ópera fue escrita como una pieza de teatro de 25 actos en 1736 por Voltaire, que tituló Alzire, ou les Américains, y que tenía como escenario al lejano Perú.

El pensador de la Revolución Francesa se basó en las informaciones que le llegaron del Nuevo Mundo para imaginar y escribir esta tragedia que tiene como protagonistas a los indígenas Alzira y Zamoro, dos amantes que son separados a la fuerza por Guzmán, un desalmado gobernador español que mata al amante y obliga a Alzira a casarse con él. Un acto tirano que retrata simbólicamente lo que fue la conquista española.

Un siglo después, Giuseppe Verdi lleva este triángulo amoroso a la ópera, pero Alzira es más que una historia de amor cuenta Jean Pierre Gamarra:

"La pieza es una crítica manifiesta a la religión, en este caso al cristianismo, pues tienes a Guzmán que es el personaje principal, que es un español y el único católico bautizado, pero que sin embargo, es un villano. Voltaire nos dice que el adoctrinamiento religioso, es decir el que pertenezcas a una iglesia o no, no te acerca más a Dios, la experiencia religiosa es algo más personal”.

¿Y cómo es que en medio de esta trama de traiciones, se insertan simbolismos que nos remiten al Perú de ahora?

Cuando Gamarra fue convocado por el Ministerio de Cultura a comienzos de este año para adaptar y poner en escena esta ópera, decidió agregarle momentos simbólicos de nuestro devenir para conectar con el público inmediatamente.

Por ejemplo, hombres y mujeres del ande que parecen sacados de una fotografía de Martín Chambi, o mujeres que sostienen en brazos retratos de sus parientes y que nos remiten nuevamente a las madres de los desaparecidos de la guerra interna, o un pueblo entero siendo sometido a la violencia y a la corrupción de quienes los gobiernan. ¿No son esos temas vigentes?

“No quería representar la estética de la puesta como si fuera una figurita Huascarán”, dice Gamarra refiriéndose a que Alzira no es una ópera caracterizada por contar un hecho histórico y punto, si no que pretende involucrar a todo tipo de espectador.

“¿Quién es Alzira hoy en día? Creo que representa a todos los peruanos y peruanas que son relegados, a esas mujeres de la montaña que fueron abusadas y que no tienen visibilidad”, agrega el director.

ÓPERAS DEL BICENTENARIO
Esta ópera es una de las primeras que el Ministerio de Cultura está preparando rumbo a las celebraciones del bicentenario de nuestra vida republicana el 2021.

Que el Perú esté presente como tema en este género es una consigna que los organizadores han mantenido desde ediciones pasadas. El año pasado, por ejemplo, se montó Fausto, la ópera romántica de Charles Gounod, que estuvo inspirada en los multicolores y monstruosos cuadros del pintor nacional José Tola.

El director del Coro Nacional, Sergio Súnico, fue parte de ese grupo de artistas y funcionarios del ministerio que pensó en cómo revivir a la ópera con estos cambios audaces de registro:

"La ópera no tiene porqué ser anticuada, como cualquier arte se reinventa. Para mantenerla vigente tenemos que hacerla parte de la cotidianidad de la gente, acercarla al arte moderno o a historias de opresión, como la de Alzira que son tan actuales", menciona Súnico.

El elenco estará compuesto por más de medio centenar de cantantes. La soprano argentina Jaquelina Livieri, una diva del Teatro Colón de Argentina, encarnará a Alzira. El tenor Juan Antonio de Dompablo (Zamoro) y el barítono Jorge Tello (Guzmán), ambos peruanos, completan el trío protagónico.

Sus potentes y enérgicas voces estarán acompañadas por el Coro Nacional, compuesto por 60 artistas, y por los músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional, que será dirigida por el español Oliver Díaz.

"Queremos que la gente sepa que Perú siempre llamó la atención de los ojos del mundo, y fue importante a nivel político como artístico, pues también atrajo a artistas, músicos y a compositores como Verdi", agrega Súnico.

Los organizadores del Ministerio de Cultura resaltan, además, que esta será la primera ópera coproducida por dos importantes teatros extranjeros como la Opera Royal de Wallonie-Liége de Bélgica y la ABAO (Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera), donde Alzira tendrá presentaciones el 2020.

La importancia de esta cooperación es que la mirada de las grandes productoras de ópera está apostando por la creación y el talento peruano.

"Se está revalorando lo nuestro. En este periodo de siete años que venimos realizando las temporadas de ópera, han pasado cerca de 40 cantantes nacionales, que se han puesto en vitrina para que los conozcan sus compatriotas y se sientan orgullosos", agrega Súnico.

Con este ciclo de espectáculos, Cultura prepara el terreno rumbo al 2021. Es una forma de acercar a las artes al gran público y dar a conocer que el Perú es universal y que ha sido y sigue siendo el escenario de grandes épicas como la de Alzira, que estará por cuatro fechas más de noviembre en el Gran Teatro Nacional.

Este espectáculo pretende quitarle el estigma a la ópera y conquistar a los no conocedores. Anímese, el espectáculo tocará fibras. Y también habrá una pantalla con subtítulos.